19 octobre 2013

Sentidos


NO ve bien, y grita, acaso porque piensa que si él no ve, tampoco le oyen. Esto vale tanto para el sentido de la vista como para el del entendimiento. Los que peor razonan tienden a levantar la voz. ¿Cómo verá un sordo la puesta de sol?, se preguntaba JRJ. 
* * *
LA paradoja es siempre una teletransportación.
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UNA buena paradoja es como un calcetín: da igual del lado que se ponga.


Acequia del Lozoya. El Paular, 2 de mayo de 2013

12 commentaires:

  1. Curiosamente se asumen las gafas y hasta tiene su gracia reconocer un montón de dioptrías y en cambio es casi imposible encontrar a nadie que admita oficialmente su sordera, como si no oír fuera un inmenso defecto o sufrimiento que no lo es el no ver. Puesto en el terrible trance de elegir entre quedarme ciego o sordo preferiría el silencio eterno antes que el castigo de la oscuridad. Pero se ve que no todos escucharían mi opinión.

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  2. Jose, la sordera implica incomunicación, la ceguera no. No es una opinión, es un hecho. Los niños que nacen sordos tienen unos graves problemas de aprendizaje, hasta el punto que la sordera natal implica mudez: sordomudez. Algo que no sucede con los ciegos de nacimiento. Da para pensar: la palabra nos posee y nosotros la poseemos, sin ella apenas somos nada. La sordera es incomunicación, algo que el ser humano no soporta. Un saludo.

    Ferni.

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    1. Por si puedo haberte herido involuntariamente te pido públicas disculpas. Digamos que para mí el hecho de la oscuridad eterna, no habiendo nacido ciego, me produce pánico.
      Un abrazo.

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  3. ―¿Cómo verá un sordo la puesta de sol?
    ―Como la oye un ciego, don Sinestesio.

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  4. La textura del agua parece una columna de Gaudí, con un capitel sonoro, como una campana sólida y transparente. El sordo no escucharía el ruido sordo del agua y al ciego se le escaparían sus venas cristalinas.

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  5. Diríase un capitel líquido, modernista y muy lírico.

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  6. No podía oír, ni ver…; sin embargo, tenía el raro privilegio de conocer el aroma de todos los sonidos, y la imagen del mundo se refractaba en su piel, como si le hablara.

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    1. Y escuchando a Liszt veía el color azul....Muy en la línea sinestésica de Manuel, como era de esperar.
      Mi problema es mucho peor porque sin haber sonido mi cerebro lo fabrica y el silencio, amigo de todos, es mi mayor enemigo. Se llama acúfenos y es una pesadilla que no le deseo a nadie. Pero es sábado y en youtube escucharé a Alagna cantando Vesti la giubba, placer de dioses.

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  7. Tenía tanto que decir que, por simple cuestión de economía, se quedó mudo.

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  8. “Es la huerta grande, y estaba entonces bien poblada de árboles, aunque puestos sin orden; mas eso mismo hacía deleite en la vista, y sobre todo, la hora y la sazón. Pues entrados en ella, primero, y por un espacio pequeño, se anduvieron paseando y gozando del frescor; y después se sentaron juntos a la sombra de unas parras y junto a la corriente de una pequeña fuente, en ciertos asientos. Nace la fuente de la cuesta que tiene la casa a las espaldas, y entraba en la huerta por aquella parte; y corriendo y tropezando, parecía reírse. Tenían también delante de los ojos y cerca de ellos una alta y hermosa alameda. Y más adelante, y no muy lejos, se veía el río Tormes, que aun en aquel tiempo, [era por el mes de junio, a las vueltas de la fiesta de San Juan, a tiempo que en Salamanca comienzan a cesar los estudios] hinchiendo bien sus riberas, iba torciendo el paso por aquella vega.”

    http://www.cervantesvirtual.com/obra-visor/de-los-nombres-de-cristo--2/html/fedb9fc0-82b1-11df-acc7-002185ce6064_1.html#I_4_

    [Mucho gustó a Juan Ramón oír la risa del agua. Como a Fray Luis de León. Ahí estaba el fraile describiendo el lugar ameno donde escuchar a sus tres amigos hablar del primer nombre bíblico de Cristo (PIMPOLLO en castellano, de “pino” y “pollo”). Pero horror, “¡Cataléptico, Fray Luis al ataúd!”. En la lengua de agua, parte oscura de la foto, aparece el reflejo de unos personajillos. Paradójicos a fuerza de teletransporte, ahora les toca a ellos esperar la orden de las aguas reidoras. O sea, a nosotros. Descartada ya la catalepsia, descártese también cualquier queja.]

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  9. "La paradoja es siempre una teletransportación".

    Eso parece; ya lo decía Chesterton: "Era un extranjero muy deseable, y a pesar de eso, no lo deportaron".



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  10. Eugenio Hernando19 octobre 2013 à 18:01

    Teletransportando , que es gerundio.
    No van bien y enfatizan , piensan que aún mintiendo les creemos , les da igual lo que entendamos. A peor hecho mayor énfasis ¿ Querrán que nos conformemos con ver la puesta del sol ?

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